En ocasiones la estética se impone en la motivación para la rehabilitación de un edificio.
Este es el caso de un edificio en Busot a los que sus 50 años de antigüedad le han pasado factura, y sus propietarios han optado por invertir y rehabilitarlo.
Con una fachada mixta de monocapa con tirolesa y ladrillo caravista, se ha decidido eliminar el ladrillo caravista y convertir todo el envolvente del edificio en monocapa a dos colores, terracota y tierra. Ello conllevará un cambio radical en la estética del edificio.
Por otro lado, las celosías de las galerías han perdido su función dado que los vecinos han ido optando por cerrarlas con carpintería y paños de fábrica de ladrillo. Esta rehabilitación incluye la demolición de la celosía y el enfoscar todos los ladrillos unificando la fachada con el monocapa color tierra.
Ahora bien, no se trata de una rehabilitación meramente estética dado que, además, en fachada, se está actuando en los frentes de forjado, reforzándolos con anclajes químico para repartir el peso y evitar que apoye en un único punto, se ha sectorizado por plantas.
Por otro lado, se ha impermeabilizado con cloro caucho blanco la cubierta y se han reparado pilares y cantos de forjado deteriorados en la planta baja y patios interiores, que han sido así mismo pintados.
Finalmente cabe destacar una pequeña obra civil, con la construcción de una acera perimetral al edificio y el tendido de hormigón para crear una pequeña zona de aparcamiento para los propietarios.
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